Programa para el taller de Claun de la asamblea de flores
De que se trata el claun:
Se suele decir por ahí que todos tenemos un/una payaso/a dentro, esto se debe a que la clave de esta técnica está en buscar en el interior del interprete la poética y el universo de cada uno. El claun no existe por separado del actor que lo interpreta.
La dinámica se logra conectándose con el presente permanente, dejando ver a la persona detrás de la pequeña máscara en su estado más sensible.
Exponiendo al intérprete, quitando todas las barreras de protección sociales, permitiéndonos verlo en su verdadera esencia a través del juego y la improvisación. Cada uno de nosotros tenemos nuestras debilidades, nuestros lados ridículos, que cuando se manifiestan hacen reír.
La búsqueda del propio claun es, en primer lugar, la búsqueda del lado irrisorio de uno mismo.
El actor no tiene que entrar en un personaje preestablecido sino que debe descubrir en sí mismo la parte claunezca que lo habita. Cuanto menos se defienda, cuanto menos trate de interpretar un personaje, cuanto más se deje sorprender el actor por sus propias debilidades, con más fuerza aparecerá su claun. Sobre todo no debe representar un papel, sino dejar que surja la inocencia que hay en él y que se manifieste con motivo del “fracaso”, del desastre de su presentación. A través de ese fracaso, el clown revela su profunda naturaleza humana que nos emociona y nos hace reír.
La vulnerabilidad, el fracaso y la sensibilidad se vuelven la herramienta de empoderamiento del Claun. Reírnos de nuestros propios defectos y dificultades nos permite, además de sentirnos mejor con ellas, conectarnos con el público que puede identificarse con esto.
La diferencia más radical de la dinámica con el teatro clásico radica en la ruptura de la llamada cuarta pared, el público siempre está presente y es el principal trabajo del Claun percibirlo y hacerlo participe de sus andanzas. A diferencia de los personajes teatrales, el claun tiene un contacto directo e inmediato con el público, sólo puede vivir con y bajo la mirada de los demás.
Si bien el Claun está dentro del género de humor y ese es su rítmo, su dinámica nos permite acercarnos al público generando otras emociones que van más allá de la risa. Cada claun manifiesta intensamente su parte irrisoria y, a veces, su dimensión trágica.
Cada uno tiene un universo, poética y estilo particular, ninguno es igual a otro.
Ellos no tienen necesidad de “conflictos”: están en conflicto permanente, sobre todo consigo mismos.
La Nariz de Claun es la máscara teatral más pequeña que existe, por esto nos permite ver mucho del intérprete, pero no deja de ser una máscara que nos protege y nos permite hacer ó decir cosas que nosotros no haríamos. Esta máscara nos permite reírnos de nosotros mismos, generando un efecto terapéutico, y al mismo tiempo liberador de nuestras ataduras sociales. Permitiéndonos hacer en escena lo que no podemos en la vida real.